Un profundo compromiso personal y de responsabilidad con nuestro teatro, arte y cultura nos impulsa a compartir con ustedes esta exposición visual que denominamos Montajes de memoria y afectos en los álbumes teatrales de Alejandro Sieveking y Bélgica Castro. 

Los valiosísimos 22 álbumes formados a través de seis décadas por Alejandro Sieveking, los que recogen las huellas textuales y visuales de la trayectoria artística de su compañera de vida y oficio Bélgica Castro, a partir de  1938, y las suyas propias desde 1956, salieron de su intimidad hogareña a inicios del 2020 cuando fueron legalmente donados por Sieveking al Archivo de la Escena Teatral UC, para que formaran parte del patrimonio del teatro chileno que conserva y activa este Archivo. 

Sieveking inició estos álbumes en un momento muy especial para ambos: fue su regalo cuando se casaron en 1962: “yo le regalé un álbum con sus recortes y fotos de René Combeau. He seguido haciéndolos, ya voy en el álbum 20. Son una prueba de amor, porque, ¡de repente aparecí yo en su vida!, y ella era muy buena. Me parecía completamente natural que fuera muy celebrada, e injusto cuando no la admiraban bastante”.* 

La exposición que les presentamos, con apoyo de la Academia Chilena de Bellas Artes, es fruto de una delicada curaduría realizada en base a los primeros seis álbumes de esta colección, los que incluyen retazos de sus vidas y obras entre 1940 y 1960. Nos guio la búsqueda de desentrañar cuál fue el ánimo constructivo plástico-visual con que Sieveking realizó los ejercicios de recorte y montaje de materiales sobe cada una de las páginas de los álbumes. Estos primeros álbumes fueron realizados por Sieveking a modo de reconstrucción del pasado, primero, del de cada uno de ellos vivido intensamente por separado, ella ya como gran actriz, él como estudiante, para luego ir confluyendo en una memoria común. Lo imaginamos rastreando fotografías y recortes de Bélgica, quizás sueltos en cajas de cartón, pegados en otros álbumes, enmarcados en portarretratos. Luego, hacer lo propio con los vestigios que testimonian sus propios inicios en la Escuela de Teatro y luego en el Teatro de la Universidad de Chile.

Descubrimos que con una delicadeza casi obvesiva, plena de afecto, de humor y de guiños, el autor de estos álbumes, con su talento de dramaturgo y futuro artista de collages, va tejiendo en cada página de esos primeros álbumes una mirada personal acerca de esa época fundante y decisiva de los teatros universitarios, pero, más significativo aun, va armando el relato alegórico de su propia relación amorosa con Bélgica, tal como lo hizo en sus textos autoficcionales compuestos en ese periodo de su vida.

*Alejandro Sieveking: entrevista de M.Cristina Jurado Retrato de una dama. El Mercurio, agosto 2017.

María de la Luz Hurtado / Curadora

Patrizio Gecele / Director Proyecto

Escuela de Teatro UC

Biografias

Alejandro Sieveking

(Fotografía de Hernán Díaz)

Dramaturgo, director teatral, actor, diseñador de vestuario, artista visual de collages y docente, nació en Rengo el 5 de septiembre de 1934.  Estudió arquitectura en las Universidades Católica y de Chile, donde se inició en las tablas y escritura teatral, para luego, en 1956, ingresar a la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, donde fue compañero de Víctor Jara, Tomás Vidiella, Franklin Caicedo, Grimanesa Jiménez, Jaime Silva y Myriam Benovic. El año en que se titula como actor -1959- gana el Premio Municipal de Teatro con su obra Parecido a la felicidad, estrenada en el Festival de Teatro de Estudiantes. En 1962 estrena  Ánimas de día claro en el ITUCH, seguida en 1965 en ese mismo teatro con La remolienda. Esta trilogía es llevada al escenario por un equipo creativo fundamental: Víctor Jara en la Dirección, Bélgica Castro y Lucho Barahona en la actuación, rol que también realizó en algunas de estas obras, al tiempo en que participaba también como actor en el ITUCH. En 1967 la compañía El Cabildo le estrena Tres Tristes Tigres, que será adaptada al cine por Raúl Ruiz. En 1968 vuelve a ser galardonado con el Premio Municipal de Teatro por Peligro a 50 metros, escrita en colaboración con José Pineda y estrenada en el Teatro de la Universidad Católica. En 1971, junto a Bélgica Castro y otros, funda su propia compañía Teatro del Ángel y luego, en 1974,  a consecuencia del golpe de estado, emigra  junto a Bélgica y a otros miembros del Teatro del Ángel a Costa Rica. Ese año obtuvo el Premio Casa de las Américas por Pequeños animales abatidos.  En San José, fundan el Teatro del Ángel de Costa Rica, donde continuaron haciendo teatro y docencia, sembrando cultura y vida teatral en ese país. En 1984 regresa con Bélgica a Chile, donde continúan su intensa actividad de dramaturgo y guionista de televisión, de director teatral, actor de teatro y cine y docente, teniendo destacadas participaciones en el Teatro Itinerante, el Conventillo y Teatro Camino. El año 2017 gana el Premio Nacional de Artes de la Representación. Durante toda su carrera escribió 33 obras de teatro y 2 novelas, dirigió más de 35 obras, actúo en más de 75 montajes y 8 películas, realizó el diseño de vestuario de 50 obras, realizó exhibiciones de sus collages visuales en galerías de arte e hizo clases en Escuela de Teatro de la Universidad Católica, en la Universidad San José de Costa Rica, en la Universidad ARCIS y en la Escuela del Teatro Camino. Sieveking fallece en Santiago de Chile el 5 de marzo de 2020.

Belgica Castro

(Fotografía de autor desconocido)

Actriz, directora de teatro, cine y televisión y docente, nació en Concepción el 6 de marzo de 1921. Es una destacada actriz chilena que en más de 80 años de carrera artística, participó en más de 100 obras teatrales. Hija de padres españoles, en 1940 viajó a Santiago para estudiar castellano en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, donde se integró al grupo de teatro Cadip. Allí, junto a otros jóvenes artistas liderados por Pedro de la Barra y José Ricardo Morales, fundaron en 1941 el Teatro Experimental de la Universidad de Chile, en donde trabajó como actriz de reparto estable hasta el año 1971.  Contratada por la BBC viaja a Londres entre 1947 y 1949. Fue profesora de Historia del Teatro en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile durante catorce años y en la Escuela de Teatro de la Universidad Católica realizó en la década del 90 clases de teatro clásico y teatro realista. En 1971 formó, con Alejandro Sieveking, Ana González  y otros,  la compañía Teatro del Ángel. Actuó en numerosos programas de televisión como: El Guaripola, Historia de los lunes, Juani en sociedad y La sal del desierto, de autoría de Sieveking.  Entre 1974 y 1984, junto a su marido Alejandro Sieveking, se radicó en Costa Rica, donde también obtuvo éxitos notables. A su vuelta a Chile actúa con el teatro El Conventillo en La comadre Lola, de autoría de Sieveking, y La muerte de un vendedor; entre 1987 y 1988 viaja por Chile con el Teatro Itinerante con Bodas de sangre y La remolienda, y luego en la década del 90 destaca en Las sillas por Teatro Camino y en La visita de la vieja dama en el Teatro de la Universidad Católica.  En 1995 recibe el Premio Nacional de Artes de la Representación y en 2001 recibió el premio APES por su trayectoria teatral. Se inicia como actriz de cine con Hollywood es así de Jorge Délano Coke (1944), El final del juego de Luis Cornejo (1970) y Palomita blanca de Raúl Ruiz (1973) prosiguiendo a su retorno del exilio con Días de campo (2004), la miniserie La recta provincia (2007) de Raúl Ruiz, El desquite (1999), La buena vida de Andrés Wood y Chile Puede de Ricardo Larraín, ambas en 2008. En 2010 protagoniza junto a su esposo Alejandro Sieveking Gatos viejos, de Sebastián Silva y Pedro Peirano, obteniendo numerosos premios en reconocimiento a su labor de actriz de cine.  Castro fallece en Santiago de Chile el 6 de marzo de 2020.

MUESTRA

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Tras bambalinas

La fotografía central penetra la intimidad de los actores y actrices del Teatro Experimental, en un punto de prensa para promocionar la obra Llegaron a una ciudad de John B. Priestley, estrenada en esos días en el Teatro Municipal de Santiago con dirección de Pedro de la Barra y diseño integral de Héctor del Campo. Las actrices forman un grupo numeroso y cohesionado, sentadas muy juntas en sillas y atentas a lo que comenta una de ellas; tres actores las rodean de pie, como puntales en las esquinas.  Todos visten ropas sobrias y elegantes; distinguimos de izquierda a derecha a Domingo Tessier (marido de Bélgica en ese entonces,) Anita del Valle, actriz no identificada, Bélgica Castro, Jorge Lillo, Silvia Oxman, actriz no identificada y Domingo Piga. Las fotos superiores, tomadas en otro momento, registran un ensayo abierto de la obra, y en ambas está Bélgica con el vestuario de su personaje, al igual que el resto del elenco; aparecen acá también María Maluenda, Roberto Parada, Emilio Martínez, Elena Moreno y Rubén Sotoconil.

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Collage de rostros expresivos

En este ejercicio de composición realizado artesanalmente por Sieveking aparecen, recortados por él desde una foto de la misma serie, los rostros de algunas actrices y de un actor, rostros salpicados en torno a la foto principal, las de las mujeres a la altura de las de las mujeres en la foto principal (Anita del Valle, actriz no identificada y Silvia Oxman), al igual que la del hombre (Piga), quien mantiene la escasa valencia de lo masculino en ese grupo. El dinamismo dramático lo aportan estos rostros en close up, en una acción expresiva que deja ver la cualidad comunicativa intensa de las actrices. 

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Crítica de prensa de la obra Llegaron a la ciudad 

El recorte de prensa está intervenido por un enfático subrayado con lápiz negro: atrae la mirada hacia la celebración de las cualidades actorales de Bélgica, que acá corrobora su brillante trayectoria anterior: “Bélgica Castro sigue siendo la buena actriz de siempre; liberada de sus eternas caracterizaciones, supo dar a su papel todo lo que el requería. No nos imaginamos una Alice mejor”. (G. B. L, en diario no identificado). El trabajo de Bélgica es él más apreciado por el  crítico en este montaje, del cual enumera diversas deficiencias, no obstante  lo cual rescata que “un país sin tradición teatral … puede contar orgullosamente con dos agrupaciones teatrales dignas de figurar en cualquier parte del mundo: El Teatro Experimental y el Teatro de Ensayo de la U.C.”, concluyendo que este es “un esfuerzo más, y grande, por cierto, del Teatro Experimental, y ojalá el público acompañe la labor de este conjunto”.  

Álbum Nº1, pág. 26

Evocaciones tempranas de un teatro experimental / 1947

Este collage compuesto por Sieveking en su primer álbum a través de fotografías de distinto tamaño, un recorte de prensa y abanicos de rostros de actrices y de actores recortados por él son indiciales de su intención de realzar a  Bélgica en su faceta de actriz destacada de una generación anterior a la de él – la de los fundadores de 1941- recuperada por él 20 años después. Los detonantes son la imagen de una bella y joven actriz Bélgica Castro rodeada de su generación de fundadores del Teatro Experimental de la Universidad de Chile, en una sesión fotográfica y en un ensayo abierto para promocionar 

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Los estudiantes de teatro organizan 1er Festival Interno 

El programa de mano, realizado por los propios estudiantes con una ilustración de dos cuerpos en un estilo geométrico de inspiración Bauhaus, en su interior nos informa que la generación de primer año participa activamente del 1er Festival Interno de la Escuela de Teatro de la U. de Chile, del Teatro Experimental. En él, Sieveking junto a sus compañeros de primer año, montan La balada de Atta-Troll, de autoría de Alejandro Casona y Enrique Heine, con dirección de Franklin Caicedo. Este programa de mano servía como entrada al encuentro realizado en septiembre de 1956 en el Teatro Antonio Varas, el que ya recién ese año era la sala oficial del todavía Teatro Experimental de la Universidad de Chile. 

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Ensayo al aire libre en el zoológico del cerro San Cristóbal

Esta antigua fotografía de un animado grupo de estudiantes de primer año de actuación de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile fue tomada en una visita al zoológico del cerro San Cristóbal. Allí fueron a ensayar y a observar a un oso, porque este animal era uno de los personajes de la obra que estaban ensayando para presentar en este el 1er Festival Interno: La balada de Atta-Troll. Escrito a mano – ¿por Alejandro? – se lee: “Conquistamos un oso dándole zanahorias, ensayamos al aire libre y comimos todo lo que encontramos a mano”, a lo que se agregan los nombres de los personajes de cada uno. En primer plano tenemos a Alejandro Sieveking (lobo), Myriam Benovic (Osa), Franklin Caicedo (Director), Víctor Jara (Oso) y Jaime Silva (Zorro). En segundo plano a un compañero (Húngaro) y una compañera (Gitana), ambos no identificados, y a Jaime Vadell (Poeta), quien fue compañero de este grupo durante el primer semestre de clases. Vadell nos contó que fueron al cerro muy abrigados, pero a medida que transcurría el día, hizo mucho calor y por eso algunos tienen sus abrigos y bufandas en las manos. Fotografía de autoría desconocida. 

Álbum Nº2, Pág. 20

Creatividades de escuela: una generación que irrumpe / 1956

Este segundo álbum incluye las primeras incursiones de Sieveking sobre el escenario, y en la página que acá compartimos él construye una experiencia significativa de identidad colectiva de la joven generación a que pertenece desde 1956, cuando en su primer año de Escuela de Teatro de la U. de Chile ya promete ser extraordinariamente significativa para el teatro chileno de las próximas décadas. Por un lado vemos el programa de mano del cual apreciamos su portada y la fotografía ilustran aspectos de una misma actividad: el 1er Festival Interno de Estudiantes de la Escuela y por otro lado, una fotografía del grupo de compañeros durante un ensayo de la obra que presentarían en este festival.

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Entre ensayo y fiesta de generación

En la gran fotografía que domina la página vemos graficada la escena performativa del  Astrological Fricasse: sobre un sofá del living de la casa de alguno de ellos, vemos sentado en un rincón a Alejandro Sieveking, erguido y mirando de soslayo, como joven existencialista, mientras lo abraza, recostada en el respaldo del sofá en actitud romántico-soñadora, una compañera no identificada. Más abajo, Víctor Jara mira extasiado, mientras le toma firme la mano a Gaby Legrand, quien con un traje de noche ajustado, con sandalias de taco alto y un largo cigarro de boquilla en su mano extendida, está tendida en el sofá cual diva de cine a lo Marilyn Monroe. Encanta el espíritu de divertimento sensual y erótico del grupo, en medio de la distancia enigmática de Sieveking.

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Rostros recortados de la generación: ellos 

Repitiendo el gesto que realizó con las actrices compañeras de Bélgica para incluir el entorno generacional y de equipo con que se estudia y hace teatro, rodean esta impactante foto los rostros recortados desde otras fotografías de compañeros de curso que pudieron o no participar en el  Astrological Fricassee. De nuevo, Sieveking agrupa a los hombres y en otra parte, a las mujeres: bajo la foto aparecen en primera línea arriba los rostros de Alejandro Sieveking, Tomás Vidiella, Jaime Silva y un compañero no identificado; abajo, con lentes, puede ser un profesor mayor que ellos, seguido de  Víctor Jara y de Franklin Caicedo. 

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Rostros recortados: ellas 

Entre la compañeras de curso que suponemos eran también parte del ejercicio escénico Astrological Fricassee  solo hemos podido identificar a la segunda actriz desde arriba a abajo – Elvira Grez- y a la tercera -Gaby Legrand, quien sostiene su cigarro de boquilla tal  como lo hace  en la foto principal. 

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Título del collage

Conecta a ambos collages de compañeros el título de la obra compuesta en esta página, Astrological Fricassee, escrita con la misma máquina de escribir de cinta con que a la fecha escribía sus textos autorales, título que recorta desde la hoja escrita en un rectángulo horizontal. En cada extremo, oh sorpresa, él a la derecha, y ella, la bella diva, Gaby Legrand, armando pareja. Su rostro de nuevo de perfil ahora está girado hacia ella, mientras ella expresa su goce sensual hacia el infinito.

Álbum Nº2, Pág. 22

Juegos de erotismo y humor entre compañeros de escuela / 1956

En esta divertida y dinámica composición podemos ver a casi todos/as las y los compañeros/as de generación de Alejandro Sieveking en torno a lo que pudiera ser un ejercicio o examen de escuela titulado en máquina de escribir: Astrological Fricassee. Tal como lo dice su nombre, esta página nos presenta una constelación astrológica en donde cada rostro constituye una estrella en una composición de collage y revoltijo digna de un fricassee culinario, aquí cada quien es un ingrediente que da sabor, energía y emoción a este plato de juego, erotismo y energía propio de un grupo estudiante de teatro de primer año. Las fotografías son de autoría desconocida.

Álbum Nº2, Pág. 29

Miradas que atraviesan el infinito en escena / 1956

Plumas de pavo real festejan la foto que comprueba un amor que nace, puesto que en esta obra, El sombrero de paja de Italia (1956) de Eugenio Labiche, dirigida por Pedro Orthous en el Teatro Experimental, con escenografía y vestuario de Fernando Debesa, Alejandro y Bélgica inician su relación amorosa y comienzan a estar juntos públicamente, ella como profesora y actriz estable del Teatro Experimental y él como estudiante de la Escuela. En esta fotografía de René Combeau sobre el escenario del Antonio Varas  aparecen de izquierda a derecha Jorge Lillo, Bélgica Castro (como un niño marinerito) Myriam Benovic, actriz no identificada, Sergio Urrutia, María Valle, Agustín Siré, M. Victoria Salinas, Ramón Sabat, actor no identificado, Bruna Contreras, Alejandro Sieveking (aún estudiante y parte de la comparsa de la obra), dos actrices no identificadas, Tomás Vidiella y Víctor Jara en personajes de mellizos, y actriz no identificada.  El relato oculto de esta fotografía es que, a la distancia y entre el gran grupo de actores y actrices, Bélgica y Alejandro se miran directo a los ojos uno al otro, cruzando con la vista el espacio que los separa. Este montaje alcanzó las 116 representaciones y asistieron más de 47.000 espectadores.

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Bélgica, Alejandro y sus compañeros de celebración 

Una de las particularidades afectivas de estos álbumes es la mezcla constante que realiza Sieveking entre momentos dentro y fuera de escena de cada uno de ellos y como pareja, los que cruzan y perforan lo institucional y personal hacia lo personal y amoroso. De esta manera teatro y vida, vida y teatro se van entretejiendo constantemente a lo largo del gran relato en el que nos sumergen estos álbumes. Imaginamos que esta fotografía, que corona la información de prensa del montaje de Las brujas de Salem, fue tomada en una celebración de parte del elenco de la obra luego de una función, elenco y personas de teatro al que ya pertenece de derecho propio Alejandro Sieveking en tanto pareja de Bélgica. Vemos de izquierda a derecha a Bélgica Castro, de semi espaldas, sosteniendo una torta, a un actor no identificado, a Alejandro Sieveking, Ramón Sabat en actitud de soplar una vela de torta, a Tomás Vidiella, Raquel Parot y Franklin Caicedo.

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Crítica con brujas puritanas

Recorte de prensa de una crítica a Brujas de Salem en la que junto a Bélgica Castro actuaron Clara Brevis, Franklin Caicedo, Gabriela Cruz, Héctor y Humberto Duvauchelle, Fanny Fischer, Ximena Gallardo, Delfina Guzmán, Kerry Keller, Jorge Lillo, Alfredo Mariño, Pedro Orthus, Roberto Parada, Claudia Paz, Shenda Román, Ramón Sabat, Agustín Siré y Rubén Sotoconil. La crítica devela la significancia política del montaje, situada por Miller durante el s. XVII en un episodio de caza de brujas de los puritanos en un pueblito norteamericano, homologado al contexto de persecución anticomunista vigente en EEUU durante la guerra fría, a través de citar las declaraciones al respecto del propio Miller: “La tragedia de Salem fue el producto de una paradoja, en cuyas garras aún vivimos… Somos hijos de una historia que todavía chupa las tetillas del demonio. En los países de ideología comunista, toda la resistencia, cualquiera sea su origen, es vinculada con los demonios capitalistas. En USA, cualquier persona que no sea reaccionaria en sus opiniones, se expone a que la acusen de pacto con el infierno rojo”. Ojo que el precio de la platea era $350 pesos.

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Juego cómico de Bélgica como bruja cruzando los cielos en su escoba

En este ejercicio de delicado recorte y al mismo tiempo de gracioso guiño cómico, Alejandro compone a Bélgica como una de aquellas brujas (des)calificadas por la mirada puritana -Ana Putnam-, pero acá, con sonrisa candorosa volando mágicamente en el vacío sobre su escoba, con una mano haciendo visera sobre sus ojos para mirar hacia el lejano futuro al que se encamina gozosa y confiadamente. Por la disposición de los elementos en la página es como si ella mirase al infinito, más allá de su cuerpo contingente, ya se situado fuera de escena en la celebración con sus amigos como dentro de escena caracterizada como la bruja Putnam. Suponemos que estas fotografías con la escoba podrían ser parte de un juego estratégico y lúdico para promocionar la obra. 

Álbum Nº1, Pág. 78

Una bruja de Salem viene volando / 1957

En mayo de 1957 el Teatro Experimental de la Universidad de Chile pone en escena Las brujas de Salem, escrita recién hace cinco años por el autor estadounidense Arthur Miller. El montaje, dirigido por Domingo Piga con vestuario de Guillermo Núñez y diseño de escenografía e iluminación de Raúl Aliaga, tuvo 59 representaciones y 20.900 espectadores. En la página montada por Alejandro con materiales fotográficos y de prensa de esta obra, se arma una pirámide inclinada hacia la izquierda, que tiene por base un recorte de prensa con fotografías de escena de la obra en la que está Bélgica como actriz, y es rematada en su pináculo por otra fotografía, más nítida por ser un positivo revelado en laboratorio, en el que un grupo de personas -¿el elenco de Las brujas…?- celebra en torno a una mesa, estando Alejandro de frente y Bélgica de espaldas, sosteniendo una torta. El espacio negro vacío liberado a la derecha es donde vuelan dos imágenes recortadas de una misma brujita sobre su escoba que asciende al cielo: es Bélgica en su vestuario de una de las brujas de la obra: Ana Putnam.

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El panteón de los personajes clásicos 

En este lúdico ejercicio de recorte y composición, Sieveking ubica a cada uno de los actores del elenco personificados como romanos en un especie de panteón, a través de su recorte pegado sobre delicadas franjas de papel blanco, las que simulan columnas grecolatinas. De izquierda a derecha aparecen: Lucho Barahona (Mercurio), un actor no identificado, Bélgica Castro (Bromia), Alejandro Sieveking (Júpiter) -no es casualidad que estén puesto juntos, uno al lado del otro-, y María Cánepa (Alomena) entre dos actores no identificados.

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Sieveking como Júpiter, dios de dioses del Olimpo

Un joven y gallardo Alejandro Sieveking aparece en estas fotografías, personificando a un viejo dios Júpiter o Zeus, situado a la izquierda de Lucho Barahona como Mercurio y a la derecha está ahorcando a uno de sus compañeros de escena, no identificado. El vestuario diseñado por Vidiella es muy atractivo, así como la construcción del maquillaje, peinado y barba. 

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El elenco de la obra junto al director Raúl Rivera 

En esta fotografía fuera de escena vemos a todo el elenco de la obra reunido en torno al director Raúl Rivera, quien montó esta obra como su examen de dirección teatral. Los tres actores que aparecen de pie no han sido identificados específicamente, pero sus nombres son: Idelmaro Mujica, Flavio Candia y Mariano Díaz. Sentados de Izquierda a derecha están 

Álbum Nº4, Pág. 44

Corporizando a héroes romanos / 1959

En esta dinámica composición de fotografías de autoría desconocida, aparece el universo clásico de la obra Anfitrión de Plauto, que fuera el examen de dirección de su compañero de curso Raúl Rivera. Los vestuarios romanos de la obra fueron diseñados por Tomás Vidiella, y la escenografía por Bruna Contreras, ambos que circulan en torno a la  generación de Sieveking. La obra, en la que actúa Sieveking, se estrenó en la Sala Antonio Varas el 15 de abril de 1959, año en que Sieveking se titula como actor profesional.

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Una Crítica sombría para un reciente autor teatral

“No es un acierto”, “llega a hacerse fatigosa”, “debió acaso quedar reposando entre los originales del escritor”, “algo mortecino, sin fibra”, “los personajes, sobre todo los jóvenes son blandos, abúlicos, esquivos. Son conejos con escasa sangre” son algunas de las frases de esta crítica teatral que, a pesar de no favorecer a La madre de los conejos, menciona que Sieveking es “uno de los autores de mayor talento del nuevo teatro nacional. De eso no hay duda”.  Este elogio se ve reforzado por los múltiples recortes de prensa de la obra en donde la imagen protagónica es el rostro de este joven, el ya talentoso dramaturgo nacional. El mismo Sieveking, autor también de las páginas de este álbum que contemplamos  60 años después.

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Alejandro dentro de un aparato de televisión. 

Llama poderosamente la atención este pequeño recorte de un aparato de televisión en donde aparece Alejandro Sieveking actuando junto a una actriz. Corría el año 1961 y los canales de tv recién se habían fundado hace un año en Chile, aún no se masificaban sus públicos, pero ya aparece como símbolo de una ventana cultural y comunicacional hacia la sociedad de masas, donde podemos reconocer a la gente conocida o famosa. Mientras en la obra se habla del paso del satélite ruso sputnik como premonición de un nuevo futuro en el contexto mundial de la guerra fría, la aparición temprana de la televisión en esta página parece ser el adelanto de una vida creativa que se adentra rápidamente hacia su exposición medial. 

Álbum Nº1, Pág. 145

Alejandro reconocido como dramaturgo del ITUCH y Bélgica brilla en ese escenario / 1961

Tras haber escrito diez obras teatrales, de las que sobresalieron sus puestas en escena de El fin de febrero en 1958, Parecido a la felicidad en 1959 y Mi hermano Cristián en 1960 Sieveking estrena en 1961 en el teatro de la Universidad de Chile, ahora llamado Instituto del (ITUCH) con la dirección de Agustín Siré, asistencia de dirección de Víctor Jara y diseño integral de Fernando Krahn. En el elenco estaban Sergio Aguirre, Lucho Barahona, Bélgica Castro, Valeria Galbarini, Fernando González, Mario Lorca, Claudia Paz, Rubén Sotoconil, María Valle y Tomás Vidiella. La obra tuvo 56 representaciones a las que asistieron más de 16.000 espectadores. La composición de la página rodea con diferentes recortes de prensa y  recorte de un objeto de época a la foto principal de la obra,  de autoría y revelado en blanco y negro de René Combeau, en la que están confrontadas las protagonistas femeninas de la obra: Valeria Galbarini como una de las nueras y a Bélgica Castro, la madre de los conejos.

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El Teatro de la Universidad de Chile cumple 20 años de vida

Reportaje periodístico sobre los 20 años que cumple en 1961 el Teatro Experimental de la Universidad de Chile, el que desde 1959 toma el nombre de Instituto del Teatro de la Universidad de Chile. En el reportaje se conmemora la fundación de esta agrupación teatral por un grupo de estudiantes universitarios quienes en 1941 estrenan en la sala del Teatro Imperio, prestada por Lucho Córdoba, los montajes de La guarda cuidadosa, un entremés de Cervantes y Ligazón, de Ramón del Valle Inclán. El reportaje destaca como esta agrupación renueva la escena teatral a partir de: repertorios de obras clásicas y contemporáneas, presentación y preparación cuidadosa de sus montajes, formación de público de teatro y la proyección y formación de nuevas generaciones teatrales. Los recortes incluyen extractos de entrevistas a miembros destacados de la generación fundadora: Domingo Piga, Edmundo de la Parra, Pedro Orthous, Jorge Lillo y por cierto,  Bélgica Castro. En las pequeñas fotografías de obras destacadas montadas por  este teatro a través del tiempo, aparece Bélgica en el extremo derecho inferior, que Alejandro sitúa al lado de la foto de ellos como pareja de la vida real.

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El amor de ficción en un recorte teatral

Recorte de una fotografía de René Combeau en el que aparecen las siluetas de  Alejandro Sieveking como Lord Cochrane y de Alicia Quiroga como Rosario Puga en la obra Bernardo O´Higgins de Fernando Debesa. Están en trajes de gala, hermosos, él la conduce de la mano a ella en un ritual de baile cortesano o de camino al altar. Es la foto romántica por excelencia. Estrenada en la Sala Antonio Varas por el ITUCH en 1961, esta  obra, dirigida por Pedro Mortheiru, con escenografía de Sergio Zapata, vestuario de Mario Tardito e iluminación de Oscar Navarro, alcanzó las 82 representaciones y asistieron más de 27.000 espectadores. 

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El amor de verdad en un retrato cotidiano

Bélgica Castro y Alejandro Sieveking están en una foto de autor desconocido, de revelado muy nítido,  retratados al aire libre en 1961.  Esta foto, situada bajo los recortes de las figuras en pose romántica de Alejandro y de Alicia, tiene una carga de realidad poderosa, y en ella Bélgica mira a la cámara risueña y segura de sí misma y de su situación de pareja con Alejandro, quien también mira de modo frontal al foco que lo fotografía.  

Álbum Nº1, Pág. 157

Juegos de tensión entre ficción y realidad / 1961

El juego de tensión entre la ficción teatral y la realidad, implícito en las páginas de estos álbumes que ya hemos recorrido, emerge claramente en el ejercicio compositivo que realiza Sieveking en esta hoja, al romper la lógica desarrollada hasta ahora, en la que todos los elementos se articulaban en torno a una misma obra teatral, al poner en esta página un recorte de él, personificado como un apuesto príncipe emparejado con su princesa en la ficción de la obra Bernardo O´Higgins, en contraposición y diálogo con un retrato de él con Bélgica, tomado fuera del anterior contexto, que establece fuera de toda duda y posible celos, quién es su verdadera pareja en la vida real.

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El “clan castro”: un equipo artístico y humano imparable

En esta fotografía de autoría de René Combeau vemos una construcción poética fantasmal extra escénica del equipo central de Ánimas de día claro, de izquierda a derecha a Alejandro Sieveking tomado fuertemente de la mano de Bélgica Castro; siguen a continuación el actor Lucho Barahona y el director de la obra, Víctor Jara. La luz que ilumina precariamente la imagen proviene de un foco sostenido por Sieveking que genera  sombras fantasmales en los rostros de los protagonistas formando especies de máscaras que los hacen ver como personas/personajes que habitan entre lo real y lo surreal. 

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Autoficción de un amor real y espectral 

Fotografía de René Combeau en la que vemos a Bélgica Castro como Bertina y a Lucho Barahona como Eulogio en Ánimas de día claro, ITUCH  1962. 

Álbum Nº1, Pág. 162

Ánimas de una (auto) biografía amorosa / 1962

Alejandro Sieveking escribe esta obra que primero es puesta en escena bajo la dirección de Víctor Jara en el Teatro Camilo Henríquez de la Universidad Católica, como su examen de dirección teatral de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, y debido al éxito del montaje, el ITUCH decide montarla de manera oficial en la sala Antonio Varas en mayo de 1962, con el elenco estable del teatro. Junto con dirigir, Víctor Jara compone música para la obra que interpreta en guitarra, e incluye también en ella canciones del folklore chileno. La escenografía fue de Guillermo Núñez, la iluminación de Víctor Segura y el vestuario de Sergio Zapata. Las fotografías son de autoría de René Combeau.

Sieveking escribió esta obra en 1958, en sus primeros días de relación con Bélgica, como  regalo para ella que estuvo un tiempo largo en gira por Latinoamérica con el Teatro Experimental. En conversación con Hurtado en 2017, le relata que en esta obra Bélgica es su inspiración: “Las ánimas de día claro es un retrato de Bélgica”. La biografía y persona de Bélgica, y el amor de ambos, construyen la obra en tono metafórico.

Álbum Nº5, Pág. 4

Un amor que trasciende: Bertina y Eulogio son Bélgica y Alejandro / 1962

Sobre una página de álbum rota y descascarada, aparece, de manera poética y al mismo tiempo fantasmagórica esta fotografía de René Combeau de Ánimas de día claro, versión de 1962 del ITUCH, con dirección de Víctor Jara. Aparecen  Bélgica Castro como Bertina y  Lucho Barahona como Eulogio. Sabemos de boca de Alejandro, como relatamos en la página anterior, que esta obra la escribe retratando a su compañera de vida, y por tanto, el amor entre sus personajes Bertina y Eulogio expresan el que viven, temen y luchan por conquistar  ellos mismos. El que Alejandro haya instalado esta foto en particular sobre un viejo y desgarrado trozo de papel amarillento, creemos le permite simbolizar visualmente la fuga de tiempo y espacio en la que habita esta pareja ficcional, que descubre y conquista su amor desde y más allá de la muerte.

Eulogio: Me voy a acordar di´usté… es lo único que voy a hacer.

Bertina: Adiosito.

Eulogio: ¿Le puedo dar un beso?

Bertina: (Con un hilo de voz) Sí. (Le da un beso en el lunar, en la punta de la nariz).

Eulogio: Hasta más ratito entonces. Ojalá qu’el tiempo pase ligerito.

Bertina: Aunqui’una no quiera el tiempo pasa ligerito de toos moos. No importa esperar cien años, cuando hay algo güeno que esperar… Hasta más ratito. (El sale lentamente, y desde la puerta le vuelve a decir adiós tan despacio, que no se oye. Ella le contesta del mismo modo) …

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El equipo artístico en una banca en el Parque Forestal

En esta icónica y clásica fotografía de Luis Poirot están, cada uno con su propia gestualidad corporal y de su rostro y mirada, e izquierda a derecha, Víctor Jara (director y compositor musical), Sergio Zapata (iluminación), Bruna Contreras (escenografía y vestuario) y Alejandro Sieveking (autor). 

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Parte del elenco entre arboleda del Forestal 

Esta segunda fotografía de Luis Poirot, menos conocida, se centra en la actriz protagonista de la obra y en los actores que interpretan a sus hijos en la ficción; vemos de izquierda a derecha, con sus propias ropas sesenteras y no con el vestuario de la obra, a Bélgica Castro (Oña Nicolasa), Lucho Barahona (Gilberto), Mario Lorca (Nicolás) y Juan Katevas (Graciano). La madre campesina de la obra, junto a sus tres hijos, bajan de la cordillera y llegan, sin saber en un principio, a un prostíbulo en donde conocen más que la luz eléctrica… 

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El equipo artístico de pie entre la arboleda del Forestal

Esta tercera fotografía de Luis Poirot enfoca en un plano general y desde lejos al equipo artístico que vimos en la primera fotografía, en otra distribución: de izquierda a derecha a a Víctor Jara, Sergio Zapata, Bruna Contreras y Alejandro Sieveking. Están distendidos, alegres, con los álamos del parque tras ellos, que les dan una sensación de calma y también de proyección a los cielos. Un parque con alamedas, quizás lo más parecido en la ciudad al campo chileno en que se desenvuelva La remolienda. Encuadra la página el volante que anuncia el estreno de esta obra de autoría de Alejandro Sieveking.

Álbum Nº5, Pág. 23

Equipo artístico de La remolienda en el Parque Forestal de Santiago /1965

El día viernes 8 de octubre de 1965 se estrena este clásico del teatro chileno en la sala   Antonio Varas del ITUCH y estas son fotografías creadas por el fotógrafo Luis Poirot, compañero de teatro de su equipo creativo, para la promoción de la obra. La remolienda, escrita por Sieveking, fue dirigida por Víctor Jara, quien eliminó gran parte de las canciones que el autor había proyectado para que la obra fuera una comedia musical y en cambio puso énfasis en las coreografías de los actores, aportando, con estudiadas coreografías físicas, a la comicidad y movimiento de la puesta en escena. Por su trabajo en La remolienda Jara fue premiado por segunda vez con el Laurel de Oro. El elenco de la obra lo componían un extraordinario elenco: Bélgica Castro (Oña Nicolasa), Mario Lorca (Nicolás), Juan Katevas (Graciano), Lucho Barahona (Gilberto), Kerry Keller (Yola), Claudia Paz (Isaura), Sonia Mena (Chepa), Carmen Bunster (Doña Rebeca), Tennyson Ferrada (Renato Sepúlveda), María Castiglione (Mirta), Tomás Vidiella (Mauro), Eduardo Barril (Telmo) y Jorge Boudon (Baudilio). Nos fue interesante comprobar el desgaste material  de las hojas del álbum justamente en esta página dedicada a La remolienda, página seguramente recurrida una y otra vez a lo largo de los años, en la cual las fotografías están como flotando, en una resistencia a descomponerse como sí sucedió con el papel.

Créditos

Exposición Montajes de memoria y afectos en los álbumes teatrales de Alejandro Sieveking y Bélgica Castro

Curaduría e investigación: María de la Luz Hurtado
Investigación: Patrizio Gecele
Presidenta Academia Chilena de Bellas Artes: Silvia Westermann
Diseño web: Benito Morales

Agradecemos la colaboración en la documentación de Grimanesa Jiménez y Jaime Vadell.

Esta exposición forma parte del Proyecto del Servicio Nacional del Patrimonio titulado: Fondo Bélgica Castro y Alejandro Sieveking: Identificación, registro, conservación y difusión del patrimonio documental del teatro chileno y sus redes artísticas.

Director proyecto: Patrizio Gecele
Responsable proyecto: Rodrigo Sandoval
Conservación álbumes: Cecilia Beas
Digitalización álbumes: Pablo Blázques
Mediación: Valentina Gavilán
Periodista: Gabriel Contreras
Gráficas: Juan Ignacio Viveros

Este es un proyecto desarrollado en la Pontificia Universidad Católica de Chile

Decano Facultad de Artes : Alexei Vergara
Directora Archivo Facultad de Artes: Alejandra Wolff
Director Escuela de Teatro: Mario Costa
Directora Archivo de la Escena Teatral de la Escuela de Teatro: María de la Luz Hurtado

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