DÍA DEL PATRIMONIO CULTURAL EN CASA

La Academia Chilena de Bellas Artes celebra el Día del Patrimonio Cultural, saludando a los artistas, que a través de sus creaciones materializan diversas manifestaciones culturales, convirtiéndose ellos y sus obras en patrimonios vivos.

Las obras de los artistas que han sido y son parte de la Academia Chilena de Bellas Artes constituyen un significativo legado cultural, herencia que dejan las áreas que conforman la Academia: Artes Visuales, Artes Musicales y Artes de la Representación y Audiovisuales.

Nuestra Sede patrimonio arquitectónico

Las dos sedes del Instituto de Chile, que alberga a las Academias Chilenas, siendo una de ellas la Academia Chilena de Bellas Artes,  son parte del patrimonio del centro histórico de Santiago de Chile; la primera, ubicada en el número 453 del pasaje Almirante Jorge Montt, y construida en 1939 como casa particular en estilo neoclásico italianizado, según el diseño de los arquitectos Eduardo Costabal (1902-1983) y Andrés Garafulic (1905-1956); y la segunda, en el número 454 del mismo pasaje y diseñada a la manera de palacete familiar francés por Costabal, entre 1952 y 1954.

Las sedes, que añaden a su valor patrimonial el simbólico de representar “el lugar donde se piensa Chile”, ilustran los giros y las circunstancias del oficio de la arquitectura en un ambiente urbano.

El patrimonio cultural en su más amplio sentido es a la vez un producto y un proceso que suministra a las sociedades un caudal de recursos que se heredan del pasado, se crean en el presente y se transmiten a las generaciones futuras para su beneficio. Es importante reconocer que abarca no sólo el patrimonio material, sino también el patrimonio natural e inmaterial. Como se señala en Nuestra diversidad creativa, esos recursos son una “riqueza frágil”, y como tal requieren políticas y modelos de desarrollo que preserven y respeten su diversidad y su singularidad, ya que una vez perdidos no son recuperables.

Hoy en día el patrimonio cultural está intrínsecamente ligado a los desafíos más acuciantes a los que se enfrenta toda la humanidad, que van desde el cambio climático y los desastres naturales (tales como la pérdida de biodiversidad o del acceso a agua y alimentos seguros), a los conflictos entre comunidades, la educación, la salud, la emigración, la urbanización, la marginación o las desigualdades económicas. Por ello se considera que el patrimonio cultural es “esencial para promover la paz y el desarrollo social, ambiental y económico sostenible”.

La noción de patrimonio es importante para la cultura y el desarrollo en cuanto constituye el “capital cultural” de las sociedades contemporáneas. Contribuye a la revalorización continua de las culturas y de las identidades, y es un vehículo importante para la transmisión de experiencias, aptitudes y conocimientos entre las generaciones. Además es fuente de inspiración para la creatividad y la innovación, que generan los productos culturales contemporáneos y futuros. El patrimonio cultural encierra el potencial de promover el acceso a la diversidad cultural y su disfrute. Puede también enriquecer el capital social conformando un sentido de pertenencia, individual y colectivo, que ayuda a mantener la cohesión social y territorial. Por otra parte, el patrimonio cultural ha adquirido una gran importancia económica para el sector del turismo en muchos países, al mismo tiempo que se generaban nuevos retos para su conservación.

UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura)