Hoy celebramos los 95 años de Sergio Castillo, quien nace en Santiago el 13 de mayo de 1925, escultor, Premio Nacional de Artes Plásticas 1997 y miembro de nuestra Academia desde 1995 hasta su muerte en 2010.
En 1966 Pablo Neruda le dedica un poema que detalla el alma profunda del escultor.
Sergio Castillo en vez de escoger el humo se entendió con el fierro. Entenderse significó amarlo y combatirlo y hacerlo dar frutos.
Hay que hablar de estos frutos soberbios.
Hay que hablar de estas ramas, de estas raíces de fierro, de estas explosiones de dureza que se transforman en luz negra, en floricultura subterránea, en jerarquías naturales.
Sergio Castillo reconoce las formas que rodaron sin desaparecer, que trabajaron y sostuvieron. Adivinó la maquinaria moribunda y le dio con sus manos la resurrección
¡Flores de fierro! ¡Estalactitas! ¡Números perdidos! ¡Signos de profundidad!
¡Patrimonios de altura!
O simplemente construcciones en que Sergio Castillo se juega por entero para que florezca lo más duro y para que el aire se inmovilice en estas torres y siga bailando en su camino
PABLO NERUDA / Isla Negra / 1966