Daniela Silva Astorga
Cultura
El Mercurio
Lo hará como miembro de número, para aportar desde su experiencia como creador, timonel del Museo de Arte Contemporáneo y profesor.
«Estas cosas suceden porque uno es bastante viejo, ¿no?», lanza, entre risas, Francisco Brugnoli (1935). Pero, rápidamente, este artista agitador -que desde los años 60 goza quebrando límites y convenciones creativas-, profesor universitario y tenaz director del Museo de Arte Contemporáneo (MAC), de la U. de Chile, retoma su hablar calmo y sobremanera racional, para profundizar: «Incorporarme a la Academia Chilena de Bellas Artes, además de ser una sorpresa, implica indudablemente un reconocimiento que agradezco y que me provoca una situación sentimental».
Su ingreso a la institución -que agrupa a 36 integrantes de número de las artes musicales, visuales y de la representación- será en reemplazo de la pintora Carmen Aldunate (1940), quien, tras usar el sillón Nº 5 , será miembro honorario.
Durante su ceremonia de recibimiento, que encabezará mañana Luis Merino, presidente de la Academia de Bellas Artes, Brugnoli se referirá primero a Aldunate, compañera suya en la Universidad Católica, donde él tomó cursos libres cuando era alumno de la Escuela de Bellas Artes. «¡Ambos somos los sobrevivientes de ese grupo de 1960 -indica-, junto con el escultor y académico Gaspar Galaz».
Y más adelante, durante el acto, el por casi 20 años director del MAC leerá las seis páginas de «Siendo entre el vacío y el vaciamiento», su discurso de incorporación. «Hablaré un poco de mí, que es lo que se espera. Pero no de mi persona, sino que de mi encuentro con América y lo que significa vivir acá, en un continente de refundaciones permanentes y de migraciones múltiples, donde siempre se es y no se es, hay cambios bruscos y una sensación de enajenación constante», detalla Brugnoli sobre su texto, que, finalmente, está enraizado a su vida como hijo de italianos que llegaron a Chile.
El discurso de recepción estará a cargo de Luis Merino. «A la academia, Francisco ingresa por sus méritos, y en base a ellos, él puede aportar muchísimo a nuestro quehacer», comenta el presidente. Y asimismo destaca una trayectoria de múltiples capas: la artística, teórica, humanista, directiva y académica, porque Brugnoli ha hecho clases en la Facultad de Artes de la U. de Chile por más de 40 años -donde, además, fue vicedecano-, pero también ha participado en la UC, la Arcis y la Central.
«Así, en mi discurso -anticipa Merino- desarrollaré un contrapunto histórico de la vida de Brugnoli, quien ha considerado el arte de manera amplia e integral, como un proceso de poiesis, de creación, acción y comunicación; siempre vinculado a las condiciones objetivas de la sociedad y la cultura chilena y la americana. Pero también ha sido un estudioso, que ha reflexionado sobre el arte desde la perspectiva de estilo y estética».
En tanto, sobre su permanencia en la dirección del MAC -cargo que ocuparía hasta este año, por decisión propia-, Brugnoli confiesa: «Pensé en irme en 2016, pero dos integrantes del equipo se fueron, y entonces fue imposible. Eso ya se resolvió. Pero ahora existe otra situación: ni yo mismo vislumbro quién podría ser mi sucesor. Y aunque eso no sea mi problema, sino de las autoridades de la universidad, es algo que me afecta, porque aquí hay un camino trazado, que me gustaría que se mantuviera, y me siento responsable. No soy un funcionario público que se jubila, va a casa y no quiere saber más de donde estuvo sentado por décadas».