Ligazón

Ligazón comienza cuando llega La Raposa a la venta. Ésta trae una gargantilla y una embajada para La Mozuela, de parte de un ricacho del pueblo. A La Mozuela le gusta la gargantilla pero la rechaza porque ella no quiere un hombre que la quiera como amiga y cuando se canse la deje. Entonces, La Raposa insiste y le dice a La Mozuela que irá a ver a su madre para que la convenza, pero La Mozuela se mantiene firme y le dice que su madre no puede obligarla. En ese momento en que La Raposa se mete en la venta, aparece El Afilador y afila las tijeras que le da la Mozuela, pero no se ponen de acuerdo en el precio que La Mozuela tiene que pagar. De esta manera, surge un diálogo entre ellos con una fuerte carga erótica (El Afilador se ve atraído por La Mozuela, y La Mozuela por El Afilador) que termina bebiendo los dos de la misma copa de anisete y yéndose El Afilador a “dar una vuelta al mundo”. Más tarde La Raposa y La Ventera (madre de La Mozuela) hablan y se ponen de acuerdo, y después La Ventera le dice a La Mozuela que porque ha rechazado el presente.

Entonces La Ventera le aconseja, después la empuja, y por fin la insulta y amenaza, pero La Mozuela se mantiene firme y dice que su cuerpo es suyo y que si el ricacho entra en su alcoba se encontrará lo que deba encontrarse. Entonces, La Ventera se adentra en la casa, y aparece de nuevo El Afilador que empieza a hablar con La Mozuela con aire de necesidad de estar juntos, pero en ese momento La Ventera llama a La Mozuela para que entre en la casa. Las dos discuten dentro de la casa y La Mozuela como respuesta a las presiones celestinescas de la madre, sale a la ventana a hace un pacto de sangre (“Ligazón”) con El Afilador. Ella se clava unas tijeras en la mano y bebe sangre del hombro de El Afilador herido por un can, y él bebe de su mano. Como no tienen suficiente se adentran en la alcoba de La Mozuela a deshacer la cama. En ese momento, La Ventera no haciendo caso de su hija, a dejado entrar al ricacho, que al entrar en la alcoba, es asesinado por La Mozuela con unas tijeras.

Ramón Del Valle-Inclán

Fue un dramaturgo, poeta y novelista español que formó parte de la corriente literaria denominada modernismo en España y se encuentra próximo, en sus últimas obras, a la denominada generación del 98. Se le considera uno de los autores clave de la literatura española del siglo XX.

Novelista, poeta y autor dramático español, además de cuentista, ensayista y periodista. Destacó en todos los géneros que cultivó y fue un modernista de primera hora que satirizó amargamente la sociedad española de su época. Nació en Villanueva de Arosa (Pontevedra) y estudió Derecho en Santiago de Compostela, pero interrumpió sus estudios para viajar a México, donde trabajó de periodista en El Correo Español y El Universal. A su regreso a Madrid llevó una vida literaria, adoptando una imagen que parece encarnar algunos de sus personajes. Actor de sí mismo, profesó un auténtico culto a la literatura, por la que sacrificó todo, llevando una vida bohemia de la que corrieron muchas anécdotas. Perdió un brazo durante una pelea. En 1916 visitó el frente francés de la I Guerra Mundial, y en 1922 volvió a viajar a México. Por su vinculación con el carlismo en 1923 fue nombrado caballero de la Orden de la Legitimidad Proscrita por Jaime de Borbón y Borbón-Parma.

Respecto a su nombre público y literario, Ramón del Valle-Inclán es el que aparece en la mayoría de las publicaciones de sus obras, así como en los nombramientos y ceses de los cargos administrativos institucionales que tuvo en su vida. El nombre de Ramón José Simón Valle Peña solo aparece en los documentos de la partida de bautismo y del acta de matrimonio. Como Ramón del Valle de la Peña solo firma en las primeras colaboraciones que realiza en su tiempo de estudiante universitario en Santiago de Compostela para Café con gotas. Semanario satírico ilustrado. Con el nombre de Ramón María del Valle-Inclán se le encuentra en algunas ediciones de ciertas obras su época modernista, ​ así como en un texto igualmente de su época modernista, que responde a una particular «autobiografía». No solo él mismo toma a veces este nombre durante esta época literaria, sino que también Rubén Darío igualmente así le declama en la «Balada laudatoria que envía al Autor el Alto Poeta Rubén» (1912). Por otra parte, tanto en la firma ológrafa que aparece en todos sus textos manuscritos, como en el membrete del papel timbrado que utiliza, solo indica Valle-Inclán, a secas.