Pintor. Nació en Montesquiu, Cataluña, España. Fue un artista plástico fundamental en la historia del arte chileno contemporáneo. Su vida estuvo marcada por la experiencia del exilio, que definió tanto su perspectiva personal como su trayectoria artística. En 1939, durante la Guerra Civil Española, su familia buscó refugio en Chile a bordo del barco Winnipeg, gracias a la gestión del poeta Pablo Neruda. Este evento sería un punto de inflexión que marcó profundamente su obra y su compromiso con las problemáticas sociales.

Instalado en Chile, Balmes ingresó a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, donde comenzó a desarrollar un estilo artístico que combinaba la tradición académica con una búsqueda experimental. En sus primeros años, exploró el realismo, pero con el tiempo abrazó el informalismo, una corriente que privilegiaba la abstracción, la textura y la expresividad sobre la representación figurativa. Su obra se caracteriza por el uso de materiales no convencionales, como papel periódico, pintura industrial, arena y objetos cotidianos, que integraba a través de técnicas como el collage y el dripping.

El eje central de la obra de Balmes es la crítica social y política. Temas como la memoria histórica, la injusticia, el exilio y la lucha de los oprimidos están presentes de manera recurrente en su producción artística. Durante la dictadura militar en Chile (1973-1990), su obra se tornó aún más explícita en su denuncia contra la violencia y la represión, reflejando el dolor colectivo a través de composiciones desgarradoras.

Balmes fue también un destacado educador. Como profesor en la Universidad de Chile y otras instituciones, dejó una huella profunda en sus estudiantes, promoviendo un enfoque crítico y experimental del arte. Además, fue un ferviente defensor de la democratización del arte, participando en iniciativas para llevarlo a espacios públicos y accesibles.

Fue miembro del grupo Signo, un colectivo de artistas que promovió el informalismo en Chile, marcando un cambio en la manera de concebir la pintura en el país. Su trabajo tuvo un impacto significativo tanto a nivel local como internacional, con exposiciones en América Latina, Europa y Asia.

Entre los múltiples reconocimientos que recibió, destaca el Premio Nacional de Arte en 1999, un galardón que consolidó su posición como una de las figuras más influyentes del arte chileno. Balmes fue además cofundador de importantes movimientos artísticos y culturales que fomentaron la reflexión crítica y el diálogo en torno al rol del arte en la sociedad.